El uso de la centrifuga en el tratamiento de lodos para la separación física de las diferentes fases que lo componen suele ser muy habitual, y es especialmente eficiente cuando nos encontramos con lodos base aceite o lodos base agua con presencia de hidrocarburos.
El efecto que se consigue con la incorporación de la centrífuga en el tratamiento de lodos no es, ni más ni menos, que una decantación y clarificación acelerada aprovechando la fuerza centrífuga, de ahí que reciban el nombre de decantantadores centrífugos (decanter) y clarificadoras o separadoras centrífugas según el objetivo que persigamos.
En definitiva, el resultado en cuanto a la separación del sólido/líquido del fango es el mismo que obtendríamos en un tanque decantador, con la gran diferencia de que la velocidad de decantación se ve incrementada varias miles de veces por la fuerza centrifuga generada por la velocidad de rotación de un tambor central.